martes, 16 de marzo de 2010

Compra




Se sube a una máquina y agarra unas palanquitas. La máquina se sacude un poco, se incorpora y a los saltitos lo lleva a pasear.
Agarra para el lado del parque Centenario, donde esta el museo de los dinosaurios. Se mete en la feria de libros usados. Es domingo y oscurece, pero el puesto 5 todavía esta abierto.
- Hola! Cómo va? - le pregunta al librero, un norteño sesentón de aspecto culto y barba desprolija.
- Y... tirando.
- Tiene algo de Bradbury o Lem?
- De Lem nada. Tiene sus fans y esos no largan los libros. De Bradbury tengo la primera edición de "Crónicas Marcianas". Con prólogo de Borges. Cinco pesos.
- ...
- Pero si te lo llevas ahora te lo dejo en tres pesito, un regalo. En internet lo venden en 100 dolares.
- Mmmh... De Lem nada, entonces?
- No, yo no. En el puesto 11, por ahí... Pero ya se fué. Te averiguo.
- NO, deje.
- ...
- Sabe que? Yo no leo mucho. Pero siempre vengo acá porque lo amo. Siempre lo veo limpiando los libros, acomodándolos. Y siento como si lo conociera de toda la vida. No se ofenda, pero me gustaría abrasarlo y besarlo. Y vivir juntos para siempre.
- ...
- Mire, yo no tengo mucho. Tengo esta máquina que me lleva de acá para allá. Si Ud. quiere nos podemos ir lejos. Juntos. Recorrer el mundo. Buscar nuestro lugar. Un lugar donde vivir nuestro amor. Donde no haya libros. Donde no tengamos que tener estos objetos horribles, sucios. Llenos de palabras que escribieron personas que murieron hace años. Divagues ajenos, historias pueriles, mezquinas.
Irnos lejos del papel. De estos artefactos mentirosos, cadavéricos.
Esta máquina tiene una tele. Podemos ver la tele a la tarde, juntos. Eh? que dice?.
- Mira pibe... Menos de tres pesos no te lo puedo dejar.
- ...
- ...
- Ok. Dele. Cinco y me llevo este "Facundo".
- Meta. Tomá.
- Gracias, eh. Nos vemos.
La máquina que estaba carburando se estremeció y salió corcoveando para el lado del lago. La detuvo en la orilla. EL parque estaba a oscuras y los guardias arriaban a los rezagados hasta los portones.
Sacó los libros de la bolsa. Aparto "Crónicas marcianas", y se quedó mirando la portada del "Facundo". Al pie del papel ajado se lée: "Santiago. Imprenta del Progrso. 1845."
Mientras deja que los libros se deslicen de sus dedos al agua, mira en dirección al puesto 5 ya a oscuras:

"Il y a dans la ville un jardin tranquille
J'y passe souvent dans la journe
Tu as pris mon alle puis tu t'es en all
Et depuis je t'attends tous les jours
Mon amour, mon impossible amour. "