lunes, 22 de febrero de 2010

Narco, de los Andes a los Alpes.


Plomizo, craquelado. De humor morboso y vejiga plácida, Narco deambuló por años en las cargadas yungas de Perú. Allí florecen, sobre gruesos tallos, los floripones botuminosos del saguapo. Ese arbusto achaparrado, que prensado entre las nalgas de diestras doncellas, destila un jugo ambarino y resinoso, de potentes efectos afrodisíacos, conocido como guazquete.
Narco bien vivió del comercio furtivo del guazquete hasta bien entrado el 2010. Veía aplacarse las tormentas de los levantamientos armados en las chacras del norte, cuando la DEA casi le hecha el guante en Cochabamba y tuvo que exilarse en Buenos Aires.
Malgastando su fortuna en coimas y muebles de diseño termino posando sus ilegales nalgas en el barrio de Palermo, donde regenta un ciber.